Por Joanna Wurmann
Hace ya un tiempo que he estado hablando de cómo el nuevo centro comercial The Esplanade at Aventura está cambiando el mapa culinario en la ciudad de Aventura y, ¿por qué no decirlo?, en Miami. En esta ocasión, tengo que decir que estoy aún más emocionada, pues a la actualmente interesante lista de restaurantes que se albergan en este lugar, se suma uno que ofrece nada menos que la mejor comida del mundo: la peruana, bajo la creación de quien podría ser, tal vez, el chef peruano más reconocido e influyente: Gastón Acurio. Con un nombre que evoca felicidad, alegría y fiesta, Jarana se integra a este espacio que trae una tradición y un renombre sin igual.
Este innovador establecimiento no solo marca un hito por ser el primer proyecto culinario de Acurio Internacional diseñado exclusivamente para el público norteamericano, con la misión de introducir la rica paleta de sabores peruanos en Estados Unidos. El debut de Jarana en Florida representa el inicio de una ambiciosa estrategia de expansión para esta nueva marca. El equipo de profesionales culinarios y de hospitalidad de Acurio ha configurado este restaurante no solo como un lugar de comida, sino como un espacio cultural que promete enriquecer el vibrante entorno gastronómico de la Esplanade at Aventura.
En esta ocasión, tuve la suerte de conversar con Martha Palacios, la chef a cargo de Jarana, quien afirmó: ‘Aquí encontrarán comida peruana. Platos hechos con amor, para disfrutar, para celebrar.’ Con esta sencilla, pero profunda declaración, ella resumió la esencia de lo que Jarana busca ofrecer: una experiencia culinaria que va más allá del acto de comer, invitando a una celebración de la vida y la cultura del Perú. De hecho, es justamente eso lo que significa el nombre del restaurante: En la época colonial amazónica no decían “vamos a la fiesta”, sino “vamos a la jarana”. Esta era una fiesta de mediodía con guitarra, cajón, música criolla y un festín culinario’
La influencia de Gastón Acurio en este nuevo restaurante es innegable, no solo por la calidad que caracteriza al menú, sino también por el espíritu de audacia y exploración que lo impregna. Al respecto, Martha explica: ‘La cocina peruana es rica y diversa, gracias a la influencia de numerosas culturas’, y describió como platos como los Tuna Wantacos y el Tiradito Bachiche son ejemplos perfectos de esta fusión, combinando técnicas y sabores de Italia, España, China y Japón con ingredientes peruanos tradicionales. ‘Nuestra intención es honrar estas influencias y al mismo tiempo innovar, para ofrecer experiencias culinarias únicas a nuestros comensales.’
Respecto a las propuestas que ella considera imperdibles, comparte: ‘Para mí, los anticuchos de corazón. Sé que a muchos no les gusta, pero he visto mesas que, sin saber lo que es, me han dicho “no lo puedo creer”. O sea, no parecía corazón. Parecía anticucho de primera.’ Aun así, Martha nos motiva a probar todo el menú, ya que asegura que todos los platos tienen un poco de su corazón.
Mi experiencia en Jarana comenzó con una copa de Chicha Sour, un cóctel que combina perfectamente el pisco quebranta con chicha morada, lima, clara de huevo y angostura, brindando un equilibrio exquisito entre lo dulce y lo ácido, preparando el paladar para lo que estaba por venir. Empezamos con el Cebiche Criollo, donde el mahi mahi, bañado en una leche de tigre de rocoto vibrante, me habló de la costa peruana. Los Anticuchos de lomo de res, acompañados de papas asadas, maíz peruano y una selección de salsas de rocoto y huacatay, también evocaron sabores intensos y tradicionales.
Las Croquetas de Ají de Gallina, un ya clásico de mi plato peruano favorito, me recordaron esos almuerzos en casa de amigos que me acogían constantemente con esta deliciosa preparación. El Poderoso, un medio pollo a la brasa, y las siguientes especialidades, como el Churrasco a la Limeña y el Seco Limeño, cada uno a su manera, encapsularon la esencia de la cocina peruana con un toque de sofisticación y sabor inigualable. Es importante destacar que éstos son lo suficientemente grandes y abundantes como para compartir, lo cual realza el placer de disfrutar de una comida en buena compañía.
Obviamente, no podía dejar de probar dos de los platos que mencionó Martha y que realmente recomiendo: los Tuna Wantacos, una interpretación única del taco con una base de wonton crujiente, rellenos de tartar de atún al estilo Nikkei, aguacate y salsa de ají amarillo, que jugaban maravillosamente entre lo picante y lo ácido, ofreciendo un contraste fascinante con lo crujiente del wonton. Luego, el Tiradito Bachiche, que con sus finas láminas de hamachi, acompañadas de leche de tigre al parmesano, aguacate, chalaca y aceite de oliva, presentó una fusión nítida entre lo marino y lo cremoso, destacando la influencia italiana en la cocina peruana. Cada bocado era un recordatorio de cómo la simpleza de los ingredientes puede resultar en un plato lleno de complejidad y sabor.
‘Por favor, los invito con el corazón abierto a disfrutar de todos los platos exquisitos de Jarana. ¡Vengan, vengan!’ Con estas últimas palabras de mi entrevista, Martha Palacios extiende su hospitalidad a todos, prometiendo una experiencia culinaria que va más allá de la simple degustación para convertirse en una verdadera celebración de la vida y la cultura peruana. Jarana, más que un restaurante, se perfila como un destino imprescindible para quienes buscan explorar la riqueza de la gastronomía peruana en Miami.
Joanna Wurmann, Editora y Corresponsal en Miami, Mujer y Punto.
Para más de Miami sígueme en @miamibyjoey
Jarana, Esplanade at Aventura 19505 Biscayne Blvd, Ste 5150, www.jaranarestaurant.com
