You are currently viewing A veces, el dolor es la mejor manera de aprender lo que es importante.

Las decepciones, el dolor y el sufrimiento son probablemente las formas más difíciles de aprender cualquier lección, pero siendo honesta, son las mejores maneras de aprender lo que es importante.

Esa sensación de angustia en lo más profundo de tu corazón, esas lágrimas incontrolables, ese momento de desesperación total cuando sientes que te has fallado a ti misma o que se han aprovechado de ti, o el congelamiento después de darte cuenta de una situación o de una persona que hizo algo que no te esperabas, son los momentos en los que en realidad no debes permitirte caer nuevamente. Esta sensación te perseguirá cada vez que te enfrentes a una situación similar, como una alarma que se activa cada vez que estás en peligro, y te recordará cómo te sentiste, lo que pasaste, cuánto tiempo tomó superarlo y en ese momento, te darás cuenta de lo que es importante. Te pondrás a ti misma en primer lugar. Te prometerás a ti misma nunca volver a sentirte de esa manera.

Te decepcionarás de muchas personas, pero así es como aprenderás a no inventar excusas por aquellas a que no te tratan con respeto. Aprenderás a no darle a alguien el beneficio de la duda si constantemente te dan razones para dudar de ellas. Aprenderás que no te queda mucho espacio para las personas que están en tu vida por las razones equivocadas. Finalmente, aprenderás a decir adiós y partir sola.

Tu vida no siempre te enseñará las lecciones importantes de una manera fácil y tal vez no estás destinada a aprender tales lecciones que cambian la vida de esa manera. Es por eso que las cosas que nos sacuden más son cosas que viven con nosotras. Los incidentes que nos cambian y las circunstancias que nos obligan a enfrentar nuestros miedos, nuestros demonios o nuestras debilidades no vienen de manera sutil y reconfortante, llegan como una tormenta que arrasa con todo lo que una vez conociste y en lo que creías. Llegan y revierten todo para que puedas ver las cosas desde una perspectiva completamente nueva.

Y tal vez sea un poco injusto que cada vez que tengamos que aprender algo tan valioso, debamos pasar por un huracán de emociones o que nuestras vidas tengan que desmoronarse, pero si eso nos salvará de una vida llena de las mismas decepciones o errores, entonces tal vez valga la pena.

Si el dolor es una parte inevitable de la vida, entonces lo menos que podríamos hacer es tratar de minimizarlo. Es posible que no podamos hacerlo bien cada vez ni detectar el dolor a kilómetros de distancia y correr, pero tal vez podemos protegernos con herramientas como la fuerza, la resiliencia, la sabiduría, la lógica y la fe y evitarnos ese dolor o la agonía de esas tragedias.

Tal vez no elijamos nuestro dolor ni nuestro sufrimiento, pero podemos elegir cómo enfrentarlos, volvemos a esas duras lecciones y recordamos lo que es importante, recordamos por lo que vale la pena sufrir y nos recuperamos más rápido cada vez porque estamos bien equipadas. Estamos bien preparadas.

Traducido de  thoughtcatalog.com